Ámbito Financiero 13/10/21
La pandemia una vez más probó la resiliencia y capacidad del sistema financiero para posicionarse como uno de los principales sectores capaces de articular cambios estratégicos y dar respuesta a usuarios con diversos perfiles y nuevas prioridades.
El escenario social y económico resultante de la crisis generada por la pandemia de covid-19 a nivel global, planteó y lo sigue haciendo claros problemas y desafíos, que como siempre en nuestro país se amplifican. Sin embargo, una vez más probó la resiliencia y capacidad del sistema financiero para posicionarse como uno de los principales sectores capaces de articular cambios estratégicos y dar respuesta a usuarios con diversos perfiles y nuevas prioridades.
En el sistema bancario, el agigantado salto hacia la digitalización registrado en 2020 mostró signos de consolidación en los meses subsiguientes, prueba de ello es el incremento del volumen operado de echeqs o cheques digitales, superando por mes el millón de operaciones por más de $550 mil millones. Por lo tanto, la adopción de más y mejores medios electrónicos de pago continuará ante la evidencia de sus innumerables ventajas; son más rápidos, inclusivos y contribuyen fuertemente a mejorar la transparencia de las operaciones facilitando la trazabilidad. Una antigua e innegable deuda de nuestro país que no logra reducir el alto volumen de operaciones informales.
Dicho crecimiento en el uso de tecnología representa tan solo el primer paso frente a una serie de retos. La clave para hacer posible el avance del sector es reconocer la amplia variedad de perfiles de usuarios, según sus preferencias, edades, valoraciones del tiempo libre por sobre el de espera, y la optimización de horarios de trabajo, entre otras variables que fueron resignificadas durante la cuarentena. Sabemos que, frente a los nuevos esquemas de competidores exclusivamente digitales en el mercado, tenemos un activo, las personas aún valoran contar con la opción de la atención cara a cara que caracteriza a los bancos, especialmente cuando se trata de operaciones de cierta complejidad. Claramente podemos ser presenciales y digitales a la vez.
Cierto es que la pandemia aceleró procesos, pero lo que potenció los cambios y mejoras fue la competencia en similares condiciones con las empresas tecnológicas que ofrecen medios de pago y otros servicios financieros. Al respecto, vale marcar la necesidad y responsabilidad que tienen quienes nos gobiernan para establecer reglas claras, estables y similares a las de los países que compiten con Argentina y los productos y servicios que sus empresas ofrecen en un mercado cada vez más global y complejo.
En ese sentido, las entidades bancarias renovaron sus esfuerzos por generar más opciones, considerando las dificultades de coyunturas cambiantes, exigencias y formas de vida. La rápida adopción de soluciones como MODO, la billetera virtual que cuenta con 37 bancos miembros, es una evidencia de ello: más de 3.500.000 usuarios utilizan la aplicación que a través del uso de código QR, evitando el efectivo y haciendo más eficiente el sistema. Actualmente, con el Banco Central y el resto de las participantes en los medios de pago se está trabajando para incrementar el uso de transferencias 3.0 en los comercios retail y que, a la brevedad posible, la funcionalidad QR sea ciento por ciento interoperable, es decir que por esa vía se puedan procesar pagos con transferencias y también con tarjetas de crédito y débito. Lo señalado es solo una muestra de la continua inversión en tecnología que el sector realiza desde mucho tiempo antes de la irrupción de la pandemia y que seguirá en aumento.
Como puede observarse, el futuro del sistema será híbrido. En él convivirán las formas más tradicionales de contacto con los usuarios, las más novedosas y rápidas para operaciones diarias junto con las más personalizadas. El homebanking, las tarjetas con y sin contacto, el código QR y los escritorios serán los canales a los que se irán sumando nuevos recursos en la fuerte apuesta a la innovación del sistema financiero, que tiene como objetivo central, estar cerca, entender y dar respuesta a todas las personas que nos eligen.
(*) Presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA).